En las olas furiosas Del mar me encontré,
Solitario, perdido, Sin luz y sin fe;
Mas de pronto al mirar Un gran barco pasar,
Angustiado y sin fuerzas Ansioso exclamé:
¡Aquí estoy, aquí estoy!
¿Quién me quiere salvar? ¡Aquí estoy!
Era el barco de Dios Que pasaba veloz,
Conduciendo creyentes Al reino de Dios;
Mi mensaje de afán Escuchó el Capitán,
Pues con todas mis fuerzas Ansioso exclamé:
¡Aquí estoy, aquí estoy!
¿Quién me quiere salvar? ¡Aquí estoy!
Bote al agua, se oyó Que el Señor ordenó,
Y con gran bondad A cubierta me alzó.
Y ahora feliz, Le bendigo yo aquí,
Pues el gran Salvador Mi gemido escuchó.
¡Gloria a Dios, gloria a Dios!
Mi alma ya puede cantar, Gloria a Dios.
Alma triste que vas Por tu senda sin paz,
Naufragando en las olas Furiosas del mal.
Mi Señor es capaz De poderte salvar,
Si rendido a Sus plantas Tu quieres confiar.
¡Me salvó, me salvó!
Muy gozoso dirás, Me salvó.