Qué bella͜ historia de su excelsa gloria,
bajó el Salvador Jesús, mi Redentor.
Nació en pesebre, despreciado y pobre,
varón de lágrimas Y de dolor.
¡Oh, cuánto le amo! y fiel, le adoro;
Él es mi vida mi redentor;
El Rey de gloria, vino a salvarme,
y a revelarme al Dios de amor
Que gran ministerio tan incompresible,
el verbo se encarno y al mundo descendió:
el plan oculto revelóse al hombre,
y por su tierno amor se levantó.
Don admirable tan incomparable,
de plena salvación y eterna redención,
el sol divino de mi alma brilla en mi camino,
su luz alumbrará en mi corazón.