Señor de los mansos, oh, pastor benigno
por la amarga copa que un día bebiste
escucha mi canto, tu Espíritu sea.
Fuente de consuelo para el alma mía.
Escucha mi canto, consuelo del triste
mi existencia entera queda a Ti rendida
dirige mis pasos tu que un día dijiste
yo soy el camino, la verdad y la vida.
Hoy vengo a tus plantas muy triste y rendido
a darte mi cuerpo, espíritu y alma
mi falta me duele y el perdón de pido
paz para mi alma que no tiene calma.
Permite que sea tu Biblia sagrada,
como luz que alumbra toda mi existencia
reconozco entonces todos mis pecados
y humillo mi rostro ante tu omnipotencia.