Venid pecadores,
que Dios por su amor
al cielo nos llama,
que es patria mejor,
do nunca la aurora
perdió su fulgor,
do brilla la gloria
del Dios creador.
Sí, sí ¡venid, oh, venid!
al cielo, nos llama,
que es patria mejor.
Dejemos, hermanos,
aparte el dolor;
que allá en los cielos
el mundo cantor
de espíritus puros
proclama Señor
A Cristo Dios-hombre,
el gran redentor.
Trabajas y sufres
aquí pecador;
el pan que tú comes
regó tu sudor;
Mas Dios te reserva
Por suerte mejor,
primicias celestes
de eterno valor.