Yo espero la mañana
de aquel día sin igual,
de donde la dicha emana,
y do el gozo es eternal.
Esperando, esperando,
otra vida sin dolor,
do me den la bienvenida
de Jesús mi Salvador.
Yo espero la victoria,
de mi enemigo triunfar,
recibir la eterna gloria
y mis sienes coronar.
Yo confío en otra vida
donde se respira amor,
porque es esta fe mentida
sólo se mece el dolor.
Pronto espero unir mi canto
al triunfante celestial;
y espero cambiar mi llanto
por un canto angelical.