Oh, vuelve, vuelve, pecador,
te espera el padre Dios,
lejos de él, tu Salvador,
ningún bien hallarás.
Te busca el Salvador,
te llama hoy en amor;
oh, ven a él sin más vacilar,
te quiere perdonar.
Sí, vuelve, triste pecador,
Jesús murió por ti,
y él te llama en tu dolor;
responde: "heme aquí".
¡Oh! Vuelve, hijo pródigo,
al paternal hogar;
te llama él hoy, mañana, no,
¡acude, sin tardar!.
Ven, vuelve, no contristes más
al padre de bondad;
sin él, perdón no lograrás
por la eternidad.