He oído de un bello paraíso
en el reino de Dios más allá,
sus murallas de jaspe son hechas,
y sus calles de oro real.
Y allí corren aguas de vida,
transparentes cual puro cristal:
pero ni la mitad de sus glorias,
ha ideado la mente mortal.
No se ha contado jamás,
no se ha contado jamás,
la mitad de las glorias del cielo
no se ha contado jamás.
He oído de regias mansiones,
que Jesús ha ido a preparar;
de las almas por él redimidas,
para siempre con Dios estarán.
Allí el pecado no entra;
ni pesar, ni dolor terrenal;
pero ni la mitad de sus goces,
ha ideado la mente mortal.
He oído de blancos vestidos,
y coronas que todos tendrán,
cuando el padre eterno diráles:
"venid, en mi reino entrad".
Donde vivirán siempre felices,
alejados de pena carnal;
pero ni la mitad de su dicha
ha ideado la mente mortal.
He oído de un Cristo amante,
que perdona al vil pecador;
quien de pena y culpa absuelve
al que pide con fe su favor.
Y Jesús lo ampara y guarda,
dando fuerzas y valor potencial;
pero, ni la mitad de su gloria
ha ideado la mente mortal.