Ve, ve, ¡oh, Sion!, tu gran destino cumple
que Dios es luz al mundo proclamad,
que el hacedor de las naciones quiere
que nadie muera en densa obscuridad.
Nuevas alegres al mundo dad
nuevas de redención, de amor y libertad.
Ve cuantos miles yacen todavía
en las obscuras cárceles del mal
sin saber que de Cristo la agonía
fue para darles vida celestial.
Es tu deber que salves de la muerte
las almas por las cuales él murió;
sé fiel si no quieres culpable verte
de que se pierda lo que Dios ganó.
Ve, di a toda tribu, pueblo y lengua
que Dios en el cual viven es amor
que en la tierra ha muerto porque tenga
todo mortal la vida en el Señor.
Tus hijos manda con gran mensaje,
con tu dinero impulso a ellos dá;
en oración sustenta fiel sus almas,
y cuando gastes Cristo pagará.