Es Jesucristo la vida, la luz;
él nos demuestra la felicidad;
mártir sublime que muere en la cruz
por darnos libertad.
Él es pastor, enviado,
y Divino Emmanuel,
él me conduce por sendas de paz
como a su oveja fiel.
Quita del alma la incredulidad,
limpia las manchas del infiel corazón;
en su carácter la suma bondad,
nos tiene compasión.
Fuente preciosa de gracia y salud;
crisol que limpia de toda maldad;
feliz quien toma de su plenitud
y de su santidad.