A Abraham y a Sara un hijo Dios plugo prometer
confusos, no supieron qué decir.
Sabían, sin embargo, que Dios puede cumplir;
lo mismo, pues, hoy día es su poder.
Lo mismo, pues, hoy día es su poder,
aunque el mundo no lo pueda comprender.
Habiendo él prometido, lo pudo Dios hacer
lo mismo, pues, hoy día es su poder.
Hizo Moisés, serpiente, y en asta levantó
a donde todo el pueblo pudo ver;
cunado miraron ellos a Jehová salud les dio:
lo mismo, pues, hoy día es su poder.
Cuando Josué dio orden, el sol por él paró
la luna en su lugar también quedó;
ganaron la batalla. Dios plugo así hacer;
lo mismo, pues, hoy día es su poder.
David con el gigante, propuso combatir;
confiaba cada uno en bien salir.
David mató al gigante, estaba Dios con él:
lo mismo, pues, hoy día es su poder.
Daniel estaba en honra, conspiran contra él,
secuaces envidiosos tienden red.
Estaba Dios potente en fosa del león:
lo mismo, pues, hoy es su poder.
Cuando ordenó el profeta los diezmos para Dios
el pueblo conoció su grande error.
Volviéronle los diezmos, volvió la bendición:
lo mismo, pues, hoy día es su poder.
Vino el bendito Cristo, potente en sanar;
también al alma limpia de pecar
y quita los dolores, los lleva sobre él:
lo mismo, pues, hoy día es su poder.
Cantando Pablo y Silas y orando en la prisión,
sabían Pablo y Silas cómo orar.
Abriéronse las puertas, cayó todo eslabón;
lo mismo, pues, hoy es su poder.