Pronto vendrá Jesucristo,
en una nube del cielo;
para de todos ser visto,
lleno de gloria del reino.
Ven, Jesús, del cielo,
con poder y virtud
para que mi alma
sea como tú.
Pronto veremos el cielo
como un libro abrirse:
llenos de espanto y miedo
islas y montes huirse.
Delante del rey de reyes
todos serán reunidos,
para entrar en su gloria,
los que por él han vencido.
En las moradas del cielo
con mi Jesús en la gloria,
alabaré al cordero
que me ha dado victoria.