Cuán glorioso es el cambio operado en mi ser
viniendo a mi vida el Señor,
hay en mi alma una paz que yo ansiaba tener,
la paz que me trajo su amor.
Él vino a mi corazón,
él vino a mi corazón,
soy feliz con la vida que Cristo me dio,
cuando él vino a mi corazón.
Ya no voy por la senda que el mal me trazó
do solo encontré confusión;
mis errores pasados Jesús los borró
cuando él vino a mi corazón.
Ni una sombra de duda obscurece su amor,
amor que me trajo el perdón;
la esperanza que aliento la debo al Señor,
cuando él vino a mi corazón.