Confío yo en Cristo
que en la cruz murió;
por esa muerte listo
a la gloria viajo yo.
Con sangre tan valiosa,
mis culpas lava él;
la derramó copiosa
por mí ya Emmanuel.
Me cubre su justicia
de plena perfección.
Eres Jesús delicia,
eres mi salvación.
Jesús, en ti descanso;
reposo tú me das;
con alma yo avanzo
al cielo donde estás.
A disfrutar invitas
contigo, mi Señor;
delicias infinitas,
y celestial amor;
espero yo mirarte,
oír tu dulce voz;
espero yo cantarte
mi Salvador y Dios.