Cristo quiere que yo brille,
brillando para él;
y que yo dé a conocer
su amor y gran poder.
Brillando, brillando,
queremos que Chile brille;
brillando, brillando.
Chile pedimos a Dios.
Somos pequeños nosotros,
mas, grande es el Señor;
haremos lo que podamos
en bien de la nación.
Aunque somos pequeños
nos oirá el Señor
cuando pidamos por Chile
con intenso clamor.
Es un deber del cristiano,
según nos aconsejó
el gran apóstol san pablo:
orar por la nación.