Lejos, allende los mares,
tengo mi dulce hogar.
Veo entre las tinieblas
la hermosa ribera brillar.
Pronto allá me dirijo
aunque difícil es;
recto el camino que llevo,
y muy seguro es.
Sion, hermoso lugar
do mi hogar tendré;
feliz yo voy a estar
cuando a ti veré.
Santos esperan allá;
pronto con ellos estaré;
no habrá tristeza,
no habrá más muerte
en mi hogar.
Cuando me llame la muerte
en mi hogar entraré;
cuando ha cesado la lucha
corona allí ceñiré;
libre de todo pecado
iré a descansar,
mi alma a unirse con santos
a Cristo alabar.