Señor Jesús, escucha ya
a este pobre pecador,
que hoy te pide a ti perdón,
me reconozco pecador.
Yo le diré a mí Señor,
lo malo que he sido aquí;
y le diré: mi buen Señor,
ten hoy compasión de mí.
Muy afligido me encontré,
muy agobiado de pecar;
pero Jesús me dice: ven,
ven, te haré yo descansar.
Alguna vez la muerte atroz
vendrá, más cuándo, no lo sé;
pero esto sé, que si soy fiel
un sitio yo feliz tendré.
Mientras yo pueda aquí vivir;
esta es mi fiel resolución:
servirte sólo a ti, Señor,
con un sincero corazón.