La mujer samaritana
a sacar el agua va,
sin pensar que JesuCristo
esperando está.
Viene él en busca suya
para ser su Salvador.
Su miseria y su pecado
sabe el Señor.
Oye, pues, la gratas nuevas
"el Señor te salvará".
"Es el mismo Jesucristo
que esperando está".
Escuchando la palabra
que revela su maldad,
recordando su pecado
compungida está.
Él le da el agua viva,
Él le da salvación.
Él le da la paz perfecta
y le da el perdón.
A su casa corre ella,
habla a todos de Jesús.
¿No será éste el mesías
que nos trae luz?
Y la gente convencida
va también al Salvador,
y le piden que les hable
de su gran amor.
Ayer, hoy y por los siglos
es el mismo Salvador,
es el mismo Jesucristo
y es el mismo amor.
Hoy te busca, hoy te llama,
no lo hagas esperar,
porque el tiempo oportuno
pronto pasará.