En calvario horrenda cruz se vio,
la cruz de mi Señor.
El pecado de mi corazón
lo llevó mi Salvador.
Oh, la sangre divina,
oh, la sangre eficaz,
derramada fue por ti.
El murió por mí, pecador, por ti.
Mi Jesús murió por mí.
El redentor su sangre dio,
rescate fue por mí.
A mis culpas todas puso fin
y me redimió así.
Yo te alabo, Salvador tan fiel,
y te tengo que llorar
al mirarte en esa cruz tan cruel,
tú moriste por salvar.