No hay otro mediador
entre Dios y el pecador,
más que el Salvador Jesús
que por él murió en la cruz.
Él su sangre derramó;
la amarga hiel bebió;
hizo plena expiación
para toda trasgresión
Dios promete recibir
al que quiera a él venir
en el nombre de Jesús.
Y confiando en su cruz.
Cristo dice: "a mi venid".
Sólo a él, pues acudid;
escuchad su dulce voz,
y por él llegad a Dios.