Hay un canto nuevo en mi ser,
es la voz de mi Jesús,
que me dice:
“ven a descansar.
Tu paz conquisté en Jesús”.
Cristo, Cristo, Cristo,
nombre sin igual.
Llena siempre mi alma
de esa nota celestial.
Náufrago en pecado me encontré,
sin paz en mi corazón,
más en Cristo, mi Señor, hallé
dulce paz y protección.
Tengo de su gracia celestial
bajo sus alas de amor,
riquezas que fluye a raudal
desde el trono del Señor.
Cristo en las nubes volverá,
bajo el bello cielo azul,
Él entonces mi alma llevará
a vivir en gloria y luz.