Jesús es mi Rey soberano,
mi gozo es cantar su loor;
es Rey, y me ve cual hermano,
es Rey, y me brinda su amor.
Dejando su trono de gloria,
me vino a sacar de la escoria,
y yo soy feliz por Él.
Jesús es mi amigo anhelado,
que en sombras o en luz siempre está;
paciente y humilde a mi lado,
consuelo y alivio me da.
Por eso contento le sigo
porque Él es mi Rey y mi amigo,
y yo soy feliz, y yo soy feliz por Él.
Señor, ¿qué pudiera yo darte
por tanta bondad para mí?
Me basta servirte y amarte
y en todo entregarme yo a Ti
entonces acepta hoy mi vida
que a ti sólo queda rendida,
y yo soy feliz, y yo soy feliz con Él.