Moro yo en las alturas
donde encuentro gozo y paz,
en el país de la belleza
donde tú vivir podrás.
Es el país de la hermosura
do se cortan bellas flores
que derraman sus olores
en el alma del dolor.
Nos será el país de beulah,
país feliz de luz y gozo
donde cantan Aleluya
a Jesús, quien nos salvó.
Puedo ver de las alturas
como anduve en el error,
extraviado en las tinieblas
y las sombras del terror.
Dudas, votos quebrantados
sólo tuve en esa vida,
mas Jesús me conducía
a este país donde llegué.
Tomo de la fuente viva
ya gusté del río de vida,
satisfecha mi alma está
donde siempre quiero estar.
No apetezco los placeres
de este mundo en que moro,
porque en Cristo hay más tesoro,
yo en camino al cielo voy.
No me digas de las cruces
que no puedo yo cargar,
porque en Cristo habrá victoria,
en las que soportar.
Quiero yo seguir a Cristo
las vergüenzas despreciando,
los honores desechando
por las glorias de la cruz.