Jesucristo descendió
a nacer en un pesebre
para hacer las almas libres
de la eterna perdición.
Allá en Belén, nació la luz,
trajo también la paz Jesús.
De Israel el guiador
llegó con el amor.
Una sagrada canción
se oyó de voces puras,
gloria a Dios en las alturas
por la eterna redención.
Hoy estamos en la luz
porque Dios es con nosotros;
vida eterna no hay en otros,
solamente en Jesús.
Jesucristo ya subió
hacia el trono de su padre
y te llama que consagres
tu cuitado corazón.