Un Salvador hallé en Jesucristo,
él me salvó de toda mi maldad.
En las tinieblas él me había visto
y me llevó a la verdad.
Él me salvo y me llenó
de grande gozo que rebosa el corazón,
te seguiré y llegaré
a tu gran célica mansión.
Mi Salvador poder me da en la lucha
y aunque esté débil él me sostendrá,
yo clamo a él y él siempre me escucha
y al cielo él me llevará.
Mi Salvador te seguiré con gozo,
tú eres todo para mí, Jesús,
de salvación tu don es tan glorioso
que fácil es llevar tu cruz.