Allá en las playas de galilea
humildes hombres llamó el Señor.
Fuego inflamado por la Judea,
la dulce llama de gran amor.
Dulce evangelio inmaculado
del cual emana felicidad;
que de los cielos ha sido enviado
a dar al mundo la claridad.
Al dar Jesús su gran doctrina,
con rapidez se dio a entender
y conmovíose la palestina,
al ver un nuevo amanecer.
De vida eterna echó simiente
junto al lago de Genesaret,
bellas palabras de amor ardiente
por el profeta de Nazaret.
Quiero que me hagas noble y sincero,
para en tu viña fiel trabajar;
ser decidido, fiel mensajero
y tu bandera, en la cumbre alzar.