Padre, a tus pies me postro,
rompe mis prisiones duras;
¡oh, responde mientras llamo!
Pon tu espíritu en mí.
Pon tu espíritu en mi alma,
hazme lo que se debiera;
hazme puro en todo, limpio de pecado,
pon tu espíritu en mí.
Mientras Cristo intercede;
mientras oro yo humilde;
lo que necesito dadme,
pon tu espíritu en mí.
No deseo ya ofenderte,
viviré para agradarte
y en el corazón guardarte;
pon tu espíritu en mí.