Adiós pueblo cristiano, ya nos vamos
dando gracias al bendito Salvador
y rogando al Señor que nos bendiga,
que nos colme de su gracia y de su amor.
Adiós hermanos cristianos, ya nos vamos
a cumplir del Señor esta misión:
predicando a todo el mundo el evangelio
y anunciando que en Cristo hay salvación.
Adiós hermanos que componen esta iglesia,
los probando y en plena comunión;
hoy queremos con gozo despedirnos
abrazándoles de todo corazón.
Adiós pueblo, obreros redimidos
por la sangre que Cristo derramó;
luchando en el mundo obtendremos
la corona que Cristo prometió.
Por fin, hoy rogamos mis hermanos
que sean fieles, luchando con anhelo;
pues, el cordero de Dios ha prometido
una herencia, en el reino de los cielos.