Vamos hermanos, salgamos sin vacilar
acompañados con Cristo Jesús
y prediquemos el evangelio
que nos conduce a la vida y a la luz.
Recorramos la senda que él nos trazó
hasta ganar al mundo para Dios.
Caminaremos y lucharemos
hasta llegar a la presencia del Señor.
Obedeciendo el mandato que
él nos dejó triunfaremos con el Salvador.
Anunciaremos que Cristo nos perdonó
y con su sangre bendita nos lavó;
así perdona a los pecadores,
que se arrepientan a las plantas del Señor.
Y la corona de vida nos guardará
para entrar al trono de Jehová.