Voy al cielo soy peregrino
a vivir eternamente con Jesús,
el nos abrió, ya, veraz camino,
cuando murió por nosotros en la cruz.
Voy al cielo soy peregrino
a vivir eternamente con Jesús.
Muerte, duelos, amarga pena,
nunca, nunca se podrán sentir más allá,
preciosa vida de gozo llena,
el alma mía sin fin disfrutará.
Tierra santa, hermosa y pura,
entraré a ti, salvado por Jesús;
y gozaré célica ventura
viviendo siempre en la divina luz.