Venid a Cristo que él te espera,
venid a él pronto, para dejar
tus iniquidades y tu pesar;
para que vengas después a reinar.
Oye la voz del Salvador
y no endurezcas tu corazón.
Después será ya tarde
y no tendrás perdón.
Acude a Jesucristo
y tendrás salvación.
Y al sonido de la trompeta
escucharemos su dulce voz;
todos aquellos que sean fieles
entrarán en la gran Sion.
Venid a Cristo ¡oh pecador!
Tendrás consuelo y salvación
y no desoigas su tierna voz,
que siempre dice: “tendrás perdón”.