La iglesia en la tierra
peregrina ha de estar,
anhelante ella espera
su feliz y eterno hogar.
Nos veremos, nos veremos.
Nos veremos de la tierra más allá.
Nos veremos, nos veremos
junto al río cristalino más allá.
Nada aquí es permanente,
todo ha de terminar;
mas miremos adelante
es el cielo, nuestro hogar.
Las familias aquí en la tierra
se desunen al morir;
mas esperan la mañana
en que se han de reunir.
Con Jesús, cual unos reyes,
pronto habremos de estar,
junto a miles de millares
con Jesús para morar.