Perdón, padre mío, sí, perdón,
reconozco, gran Dios, que te ofendí,
sé que es grande mi negro borrón,
pequé con ardiente frenesí.
Mas imploro, Señor, tu bendición
y levanto las manos a ti
contrito de todo corazón.
Jesús bondadoso Salvador,
pan de Dios, santa vara de David;
fuente eterna de vida y amor
sé tú mi maestro y adalid;
sólo tú Jesucristo, mi Señor,
si me llevas contigo a la lid
harás que yo vuelva vencedor.
Habita mi triste corazón
que hasta hoy en tinieblas conservé,
Santo Espíritu, célico don,
aviva mi poca y débil fe,
haz que crea con santa devoción
los misterios que siempre ignoré;
no hunda mi alma la aflicción.
Padre mío, devuélveme tu amor;
Jesucristo intercede junto a él,
Santo Espíritu dame vigor,
deseo vivir con Emmanuel.
Gracias doy a Jesús mi Salvador
que me guía al Divino vergel.
¡Hosanna! Al glorioso redentor.