Aunque en esta vida
no tengo riquezas
sé que allá en la gloria
tengo mi mansión.
De mi alma perdida
entre la pobreza
sólo Jesucristo
tuvo compasión.
Más allá del sol, más allá del sol
yo tengo un hogar, hogar, bello hogar,
más allá del sol.
Así por el mundo
yo voy caminando
de pruebas rodeado
y de tentación,
pero Jesucristo
que me está probando
me llevará salvo
hasta su mansión.
A todas las razas
del linaje humano
Cristo quiere darles
plena salvación,
también una casa
no hecha de mano
él fue a prepararnos
a la santa Sión.