Cuán tiernamente nos está llamando,
Cristo a ti y a mí.
Él nos espera con brazos abiertos:
llama a ti y a mí.
Venid… Venid… A mi
si estás cansados venid,
¡cuán tiernamente nos está llamando!
¡Oh, pecadores, venid!
¿Por qué tememos si está abogando,
Cristo por ti y por mi?
Sus bendiciones está derramando,
siempre por ti y por mí.
El tiempo vuela, lograrlo conviene,
Cristo te llama a ti,
vienen las sombras y la muerte viene;
viene por ti y por mí.