Despertad, soldados bravos,
suena la marcial, alarma
para Dios, tomad las armas
a la lid marchad;
no soñéis en la pereza,
miles yacen en tristeza,
o se lanzan con presteza
hacia perdición.
Pregonad al mundo
esta buena nueva:
hay perdón y salvación
de Dios la gracia plena.
No temáis ningún peligro,
no huyáis del enemigo
Dios es nuestro fiel amigo,
con valor luchad.
Acudid a la proclama
sed valientes, Dios nos llama,
contra nos el diablo brama,
lleno de furor.
No cedáis, ni tengáis miedo,
combatid con gran denuedo,
romperemos el asedio
del usurpador.
Escuchad, ya se alegran
nuestras tropas y celebran
el triunfo en que llevan
almas al Señor.
Libráremos las del grillo
y del yugo del maligno.
¡viva nuestro gran caudillo!
¡a Jesús loor!