A dónde volveré mis ojos, oh Señor, para esperar ayuda
de quien sino de ti sustento me vendrá
en horas de aflicción
en sombras o en luz envuelto en la quietud
si oro me sustentas
en paz o en aflicción la mano de mi Dios
me da seguridad.
Dame tu mano, toma la mía Dios amado
cuando soy débil me hace más fuerte tu poder,
tu compañía y tu calor divina mano
me lleva al cielo donde un día te veré.
Riquezas y poder, fama y celebridad,
rasguñaban mis manos
tratando de alcanzar lo que podría lograr
como el supremo ideal
pero al mirarte a ti de pronto comprendí
que estaba equivocado
un mundo descubrí Más allá de la cruz,
Donde sangró tu mano