Alma, cese tu dolor;
todo consumó Jesús;
tu castigo padeció
expirando en la cruz.
Alma, ya no llores más
mira a Cristo y vivirás.
En el justo se cargó
toda su inquietud,
jehová le condenó,
porque tengas libertad.
Mira, triste pecador,
Cristo es tu Salvador.
Si te entregas todo a él
tú recibirás perdón,
hallarásle siempre fiel,
pronto a darte salvación.
Mira a Cristo por la fe,
sin demora mírale.
¡Oh, Señor! Propicio sé
a mí, pobre pecador;
heme aquí con poca fe,
dame más, ¡oh, Salvador;
ven, te pido, salva, sí;
sollozando corro a ti.