Más cerca, ¡oh, Dios! De ti.
Más cerca, sí;
aunque sea una cruz
que me lleva a ti.
Será mi canto aquí.
"Más cerca, ¡oh, Dios! De ti,
más cerca, ¡oh, Dios! De ti,
más cerca de ti".
Y si, cual Israel,
postrado esté
en piedras de betel.
Aún allí
en sueño te veré,
y cerca de ti estaré,
más cerca, ¡oh, Dios! De ti,
muy cerca, sí.
La escala sigo yo
que al cielo va,
por gozo o por dolor
quiero ir allá.
Un ángel venga a mí
para llamarme a ti,
más cerca, ¡oh, Dios! De ti,
más cerca de ti.
Y luego al despertar
te alabaré;
de gracias un altar
levantaré;
mi corazón allí
más cerca esté de ti,
más cerca esté de ti,
más cerca, sí.
Y cuando al fenecer
volando allá,
con inmortal placer
te vea ya,
mi canto será así:
más cerca, ¡oh, Dios! De ti,
más cerca, ¡oh, Dios! De ti,
más cerca, sí.