Jesucristo ha venido
en busca de joyas;
todo niño redimido
su joya será.
Como estrellas que brillan
son los niños que le aman
los tesoros que adornan
su rey y Señor.
Tiene Cristo en su corona
brillantes preseas;
cada joya que la adorna
con sangre compró
El escoge los tesoros
de niños amantes
y en su seno los corderos
acoge Jesús.
Sí, los niños y las niñas,
que acuden a Cristo,
son las joyas escogidas,
preciosas de él.
Con su dangre derramada,
él compra las joyas;
nunguna alma no lavada
su reino verá.