Día feliz, cuando escogí
servirte, mi Señor y Dios;
preciso es que mi gozo en ti
lo muestres hoy con obra y voz.
¡Soy feliz! ¡soy feliz!
Y en tu favor me gozaré.
En libertad y luz me vi
cuando triunfó en mi la fe,
y el raudal carmesí
salud de mi alma enferma fue.
¡Pasó mi gran deber, cumplí;
de Cristo soy, y mío es él!
Me atrajo con placer, seguí
su voz, conoce todo fiel.
Reposa, débil corazón,
a tus contiendas pon ya fin;
hallé más noble posesión,
y parte en superior festín.
Solemne voto, ofrenda flor,
que al cielo santo consagré,
hoy sé mi vínculo de honor,
después testigo de mi fe.