Lejos de mi padre Dios
por mi Jesús hallado,
por su gracia y por su amor
sólo fui salvado.
Es Jesús, mi Señor,
es mi gloria eterna;
él me amo y me salvó
en su gracia tierna.
En Jesús, mi Salvador,
pongo mi confianza;
toda mi necesidad
suple en abundancia.
Cerca de mi buen pastor
vivo cada día;
toda gracia en su Señor
halla el alma mía.
Guárdame, Señor Jesús,
para que no caiga,
como sarmiento en la vid,
vida en ti traiga.